Piel, huesos, articulaciones y digestión son algunas de las partes del cuerpo que se ven beneficiadas por el consumo del higo.
El higo es una fruta de piel suave, aroma dulce, pulpa sabrosa y semillas crujientes. Se le conoce como Ficus carica, por su origen en Caria, al sudoeste de Anatolia en la actual Turquía.
Esta especie es genuinamente mediterránea como el pan de trigo, el aceite, las uvas o las nueces. Desde ahí se extendió a nivel mundial, con sus entre 700 y 800 variedades de higueras en todo el mundo, con más de 300 de consumo humano.
Si bien existen diferentes formas de consumir el higo, una de las más saludables es comerlo al natural. De hecho, si bien es una fruta dulce y jugosa que puede llevar a pensar que tiene muchas calorías, solo es un poco mayor al aporte calórico de las manzanas.
Además, el higo contiene un dulzor sano, ya que posee glucosa, fructosa y sacarosa naturales azúcares que se asimilan bien en el organismo. Además, este fruto entrega un mínimo porcentaje de grasas y proteínas.

Dentro de las propiedades que posee el higo, está su gran contenido de minerales. Por ejemplo el potasio tiene 232 mg cada 100 g en un higo fresco y 680 mg en el caso de los higos secos.
En el caso del calcio, el higo contiene 35 mg cada 100 gramos en el caso del fruto fresco, y 162 mg en el caso de los higos secos. Por su parte, el fósforo tiene un aporte de la mitad del calcio, lo que ayuda a un buen equilibrio y buen estado óseo.
En el caso de los higos secos, pueden ayudar a obtener una dosis moderada de hierro, ya que una ración de 50 g cubre el 6% de las necesidades diarias de una mujer y hasta el 8% de las de un hombre.
Por el lado del manganeso, un oligoelemento que participa en la formación de huesos, tejidos, coagulación de la sangre, funciones de la insulina y en la síntesis de colesterol, el consumo de higo aporta los requerimientos diarios por día.
Por su parte, en el caso de aporte vitamínico, se destaca la participación de vitamina K, y varias vitaminas del grupo B, como son B1, B5 y B6.
Los higos entregan un destacable aporte de fibra, distribuidas entre solubles e insolubles. Su aporte se puede distribuir en 3 gramos cada porción de 100 g de higos.
Dentro de los beneficios que entrega la composición química del higo, es que las fibras solubles ayudan a controlar los niveles de colesterol y glucosa que se encuentran en la sangre y regula el tránsito intestinal.
Cabe destacar que, gracias a su alto contenido en fibra, ayuda a controlar el peso gracias a su efecto saciante. Además, posee un total de sólo 70 calorías en el caso de encontrarse natural.
De hecho, Inacap liberó un texto sobre cómo incorporar al higo en la dieta para aprovechar sus beneficios en la pérdida de peso. Te invitamos a revisar: “Obesidad y Alimentación Disociada”
Con un aporte de calcio y magnesio (17 mg/100g) esta fruta se convierte en un aliado adecuado para mantener un buen estado en los sistemas nerviosos y de los músculos y esqueleto.
En el caso de los higos, poseen un compuesto denominado psoraleno, este se emplea con éxito en el tratamiento de enfermedades a la piel como eccemas o psoriasis.
Incluso, hay estudios que señalan que el higo posee efectos beneficiosos para la salud cardiovascular y reduce la presión que se tiene en esta área de la salud física.
Los higos pueden ayudar a fortalecer los huesos y nervios del cuerpo. Además, presenta una mejora en la salud metabólica y digestiva del cuerpo. Este fruto de oriente tiene un sabor y aroma distintivo.
Como siempre en FullOutdoor te recomendamos que antes de hacer algún cambio grande respecto de tu alimentación te asesores con un especialista para obtener los beneficios sin daño colateral.
Si te gustó este contenido te invitamos a revisar nuestras notas respecto de la pera y el durazno.

Foto portada: S. Hermann & F. Richter en Pixabay