El exceso de luz que se ve en las ciudades no solo evita que podamos divisar el cielo nocturno, sino que también afecta nuestros procesos internos del cuerpo.
La contaminación lumínica la podemos entender como la alteración de la oscuridad natural de la noche, provocada principalmente por luz desaprovechada, innecesaria o inadecuada. Esta es producida por fuentes lumínicas al exterior que generan impacto en la salud.
Este problema afecta principalmente a las ciudades, muchas de las cuales ven cada vez menos estrellas en el cielo. Esto no significa que todo uso energético sea contaminación lumínica, sino que involucra siempre un desperdicio de luz
En este sentido, existen formas de desperdicio de luz, como no iluminar el objetivo, ya sea suelo, construcción u otro. Es por esto, que la luz se escapa o dispersa, ya sea en el horizonte o en el cielo directamente.
Esta contaminación también se puede evidenciar porque se sobre utiliza más de la energía lumínica necesaria, o en algún momento en el cual sea innecesario. Es por esto que no ilumina lo que se necesita y sólo impacta negativamente.
Un caso poco conocido, es que se emite la luz en un tono el cual no es útiles para la visión humana, por lo que no genera los beneficios buscados, por lo que afecta a los seres vivos sin generar la búsqueda.
Si deseas revisar más información, el Ministerio del Medio Ambiente liberó una plataforma para promover el cuidado y concientizar sobre la Contaminación Lumínica.
Desde la organización medioambiental Ecoembes, la que se dedica a fomentar la economía circular, se destacan las consecuencias que puede tener la contaminación lumínica tanto para las condiciones de vida y el ambiente.
- Como expresamos anteriormente genera un desperdicio de energía, esto porque la luz se dirige a un espacio diferente al que se desea iluminar, requiriendo más energía de la necesaria para la iluminación.
- Se genera un efecto de deslumbramiento, lo que es peligroso para los conductores y afecta la seguridad y salud vial. Este efecto también se puede ver también en el tráfico aéreo o marítimo.
- Se generan residuos y huella de carbono en la producción de esta energía, por lo que las sustancias como dióxido de carbono se genera no solo el efecto inevitable en el formato actual de producción energética, sino también uno innecesario.
- Este proceso altera los ciclos circadianos y reloj biológico de diferentes plantas y animales, sobre todo de las aves. Esto las desorienta. En el caso de las personas puede afectar sus ciclos de sueño y la calidad del sueño de las personas.
- Se desaparece paulatinamente el cielo estrellado, lo que significa perder un gran patrimonio cultural y científico. Hay que destacar que la UNESCO declaró el cielo estrellado como Patrimonio de la Humanidad en 2008.
¿Cómo nos afecta la contaminación lumínica?
Según un estudio publicado por la revista Yale Environment 360, los distintos seres humanos somos casi tan perjudicados como los animales por la contaminación lumínica. Dentro de los efectos está el daño a la piel y a la vista.
Además, puede promover y aumentar las probabilidades de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Esto porque muchos de los procesos que se viven internamente, tanto desde metabólico como hormonales, siguen regidos por las condiciones de los ciclos de sueño de condiciones horarias y ambientales.
La contaminación lumínica puede producir un desajuste biológico provocando un descenso en la producción de melatonina, hormona que regula el ciclo del sueño y que solo permite su funcionamiento cuando el cuerpo está en la oscuridad absoluta o cerca de este.
El desaprovechar el la producción de energía lumínica produce un efecto negativo para el planeta y para nuestra salud física. Es por eso, que debemos tener cuidado del manejo de nuestra contaminación lumínica.
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Fotografías: Chile Desarrollo Sustentable – luminica.mma.gob.cl – País Circular