Glaciar Esmeralda es un glaciar que se encuentra al oeste del cerro el Plomo.
Es un lugar que ven cientos de ojos cada año pero que nadie entra a explorar por lo que se convierte en un sector casi virgen. El Glaciar Esmeralda no se destaca por ser muy grande pero si por contar en su alrededor de un poderoso sistema de cerros poco explorados y de una belleza que sorprende a cada momento.
Una esmeralda a 5000
Los que han estado en la cumbre del Plomo seguramente han fijado la vista sobre el respetable bloque de hielo y nieve que es el glaciar Esmeralda y sobre las cumbres que de el se erigen: Parsifal, Littoria, Fisckensher y Osieki. Después del desfallecimiento que produce encontrarse con la colosal barrera de seis miles, luego de haber sufrido horas y horas para lograr un ‘mero’ 5000, los ojos se posan inmediatamente sobre una planicie (abajo a la izquierda –norte – del lomo del Plomo) que cautiva por su color, extensión y altura. Es una vista inesperada.
Acceso
Para acceder a él es necesario descender unos 400mt desde los acarreos del lomo del Plomo lo que implica que el glaciar tiene una elevación de unos 5000 msnm. Está dividido en dos plateaus, el primero a 5200 msnm y el segundo, marcado por una caída abrupta o desplome del glaciar aproximadamente a la mitad del trayecto, a 5000 msnm. Al fondo se ve el Fickenscher con sus dos enormes rimayas y al centro la forma piramidal del Littoria.

Si el glaciar se encuentra en las faldas del Plomo, a plena vista de todos los que logran la cumbre, ¿Por qué entonces es una zona tan poco explorada? La razón es que para llegar hasta aquí, es necesario subir el 99% del Plomo con mochila de campamento, cargada además, con equipo de travesía en glaciar, y pasar unas 3 noches durmiendo sobre los 5000 msnm.
La Ruta al Glaciar Esmeralda
El comienzo es relativamente sencillo y conocido por todos los que han intentado el Plomo pues el primer campamento es Federación a unos 4000msnm. Se parte caminando desde 3 puntas si se va por Valle nevado o bien desde el centro de ski La Parva.
Desde federación lo mejor es seguir la ruta normal del Plomo, descansando en Agostini (4600msnm) y remontando luego el acarreo por las huellas que tienden a la derecha. Después de rodear las torrecillas continuar hasta un pequeño portezuelo que marca la zona superior del cerro. En este lugar, extremadamente ventoso, montamos el segundo campamento (6 horas).

Las cosas comienzan a ponerse interesantes. Estamos emocionados por lo que se supone será una jornada sencilla y entretenida: tenemos que remontar unos 400 metros de desnivel por nieve / hielo para montarnos en el lomo del plomo y luego estaríamos al fin sobre ese glaciar que tantas veces contemplamos de la cumbre.

Pero sobre 5050 msnm nada es realmente sencillo. El frío imperante y un viento violentísimo hacen que partir sea complicado, la subida resultó ser más dura de lo esperado. El tiempo apremia, las nubes comienzan a transitar ya sobre nuestras cabezas, pero la bajada al glaciar se ve sencilla por unos acarreos, el glaciar mismo limpio de grietas y la vista insuperable.
El Retorno
En la bajada decidimos hacer la punta Parsifal, justo enfrente de nuestro campamento, como premio de consuelo.

Pasar por el Parsifal implicó una ruta distinta de vuelta. Bordeamos el filo del todo el grupo montañoso y atravesamos el glaciar esta vez por un lomo de hielo / nieve que nos dejó justo en el borde sobre la cara oeste del Plomo, muy cerca del torreón clásico que conecta con la normal. Existe una huella en estado aceptable por el acarreo que nos deja en la normal.

Recomendamos esta ruta si se quiere ir al glaciar pues ahorra desnivel de subida y la bajada por este lomo glaciar es más cómoda que acarreo de la falda norte del Plomo.

Cortesía: Chile Hike – Thomas Schulze-Boing – Paris Capetanópulos