A una década de su creación, EncuentroPieles se ha consolidado como una comunidad referente en los deportes de montaña liderados por mujeres. Un espacio que ha dejado huella no solo en la nieve, sino también en el empoderamiento, la autonomía y la formación de cientos de mujeres en entornos de alta montaña.
Por Antonia González / Periodista
¡Diez inviernos han pasado! Y todo lo que EncuentroPieles ha vivido y construido en este tiempo no cabría en cuatro hojas de papel. Aun así, hacer una pausa para recapitular los hitos más memorables, y por supuesto, conmemorar esta fecha es esencial para quienes han sido parte de esta historia. Porque claro, en una década pueden pasar muchísimas cosas, y así ha sido, desde el día en que todo inició.
Era el año 2015 cuando comenzó a gestarse, casi sin saberlo, una idea que transformaría para siempre la vida de muchas mujeres. Marcela González, Alejandra Fuentes y Roberta Sbaraglini, unidas por la montaña y los deportes de nieve, soñaron con abrir un camino que hasta entonces había sido más bien, territorio masculino: el de los deportes alpinos invernales.
En las noticias, en las cumbres más extremas, en las travesías de alto riesgo o incluso en los fines de semana de esquí entre amigos/as, los protagonistas solían ser hombres. Para las mujeres, en cambio, el acceso al mundo de la montaña era más lejano, más complejo. A veces no se encontraba la cordada adecuada, faltaba experiencia y conocimiento, o simplemente no existía el entorno de apoyo y confianza necesario para aventurarse.
La historia —ya sabemos— nos ha posicionado en otros lugares.
¿Y si existiera un grupo de mujeres que se encontrara en la montaña, que compartiera conocimientos, seguridad, herramientas y confianza entre ellas? Fue la pregunta que se hicieron estas tres amigas.
Así nació la semilla de lo que hoy es EncuentroPieles, una iniciativa con propósito: acercar a más mujeres al ski de travesía y al splitboard, promoviendo un acceso consciente y responsable a la montaña. La visión era clara: entregar herramientas para desarrollar autonomía y seguridad, y al mismo tiempo, tejer una red de apoyo basada en los valores de comunidad y cuidado, entendiendo que nadie sube sola y que el vínculo entre ellas es tan esencial como el respeto profundo por la naturaleza que habitamos.
Desde entonces, esta visión ha sido también un llamado a despertar una conciencia ecológica y patrimonial, reconociendo la montaña como un territorio vivo, sagrado, que nos exige responsabilidad, sensibilidad y memoria.
En los primeros años, este pequeño grupo de amigas organizaba salidas para mujeres apasionadas por los deportes alpinos. Estas reuniones no sólo crearon un espacio de encuentro y camaradería femenina en la nieve, sino que, con el tiempo, abrieron la oportunidad de sumar a más mujeres interesadas en vivir esta experiencia.
“Desde el primer encuentro comprendimos que podíamos sumar a muchas más mujeres interesadas en ser parte de esta comunidad”, nos cuenta Alejandra Fuentes, cofundadora de EncuentroPieles, y agrega: “Sin embargo, era fundamental que las participantes contaran con la formación y experiencia necesarias para desenvolverse de manera segura”.
Así, decidieron hacer sus encuentros más inclusivos, ampliando la comunidad y fomentando la participación de distintos niveles. Siempre con el foco principal de generar un espacio seguro y acogedor donde las participantes pudieran expresarse con libertad, compartir dudas sin miedo al juicio y construir vínculos genuinos que fortalecieran su confianza.



Una década trazando caminos
Cada invierno, el encuentro se transformaba en mucho más que una travesía: era un ritual colectivo en la nieve. Mujeres ascendiendo juntas, compartiendo carpas, cabañas, fogatas, silencios, aprendizajes y conversaciones que sólo pueden surgir en lo alto de la montaña.
Como bien enfatiza Ale Fuentes, Pieles fue un verdadero hito en sí mismo, ya que se convirtió en uno de los primeros encuentros exclusivos para mujeres en el mundo de los deportes de montaña. “Hace diez años, no existía nada similar; las mujeres dependían de grupos masculinos para acceder a ciertos lugares y actividades, y con Pieles logramos romper esa barrera, fomentando el empoderamiento femenino a través del conocimiento, la experiencia y la formación técnica”, explica.
Marcela González, cofundadora, concuerda con Ale, y agrega el orgullo que siente al ver el cambio que se ha visto en la montaña: “Hoy ver salir cordadas femeninas sin la necesidad de que ‘tenga que ir un hombre’ es una gran conquista. Han pasado los años, y las mujeres hemos demostrado que somos capaces y suficientes para recorrer la montaña por nosotras mismas”.
Otro hito fundamental y que ha perdurado en el tiempo es la decisión desde el inicio de que todos los roles en los encuentros hayan sido desempeñados por mujeres: guías, instructoras, fotógrafas, filmmakers, encargadas de seguridad, chefs de campamento, entre otras. Esto ha permitido visibilizar talentos femeninos en una industria históricamente dominada por hombres y crear referentes para nuevas generaciones.
Andrea Olivares, esquiadora y quien ha participado en los encuentros como parte del equipo de apoyo de guías, comparte: “Lo que más me ha gustado de esta experiencia es conocer a mujeres que, aunque se dedican a cosas muy distintas en su vida cotidiana, tienen algo en común: el amor por la montaña. Todas comparten la misma motivación y las ganas de vivir esta pasión juntas”.



Desafíos: financiamiento y formación femenina en la montaña
Con el tiempo, las fundadoras comprendieron algo profundo, la naturaleza no exige perfección, sino disposición, y muchas mujeres deseaban ser parte aunque no vinieran desde la experticia, sino desde las ganas. Sin embargo, ahí surgió uno de los mayores desafíos: la escasa presencia de mujeres certificadas en disciplinas de montaña, lo que se convirtió en una de las principales barreras para expandir la propuesta educativa de manera coherente con los valores del proyecto.
“Contar con profesionales calificados que garanticen los estándares de seguridad que exige la montaña es clave, especialmente considerando que esta práctica se desarrolla en zonas remotas y de alto riesgo”, dice Alejandra. Sin embargo, a la vez las motiva a impulsar la capacitación femenina para que más mujeres se desarrollen profesionalmente en estos ámbitos.
Promover que las mujeres se certifiquen en técnicas de montaña es un desafío constante, agrega Ale, pero necesario para avanzar hacia una industria más equitativa.
La montañista Rosario Toro fue una de las primeras en impartir cursos de avalanchas en colaboración con Pieles, cuando aún no existía mucha educación formal en torno al tema en Chile. Recuerda con entusiasmo cómo, a pesar de lo incipiente que era el conocimiento sobre avalanchas, el llamado dirigido a mujeres tuvo una respuesta inesperadamente positiva.
Rosario destaca lo especial que es hacer clases solo para mujeres: “Es muy entretenido e interesante, por varias razones, pero mencionaré dos: primero, somos súper mateas, metódicas y preguntonas. Y segundo, no está ese miedo al ridículo, a hacer preguntas ‘tontas’ o a expresar opiniones distintas. Eso genera un ambiente de mucha confianza y sororidad durante el curso”.
Además, analiza el crecimiento del esquí de travesía o de montaña en Chile, particularmente liderado por mujeres, “Es un boom que no para, y que debe ir acompañado de estudios relacionados con la nieve y la montaña. Para salir a terreno con seguridad, la formación es clave. Y para eso, las mujeres tenemos muchísimo que aportar”.
Otro de los grandes desafíos de la organización ha sido asegurar financiamiento para hacer los encuentros más accesibles. El esquí de montaña es un deporte costoso, y sin apoyo de marcas o auspiciadores, muchas mujeres quedan fuera. “Mantener la accesibilidad sin comprometer la calidad ni la seguridad es clave para que más mujeres puedan vivir esta experiencia”, explica Ale.
En palabras de Marcela, otro punto especialmente complejo ha sido la relación con los auspicios: en Chile, el apoyo de marcas a comunidades deportivas sigue siendo escaso y está muy por detrás de lo que ocurre en otros países. “Las marcas suelen enfocarse en patrocinar a algunos atletas, pero se comprometen poco con promover una cultura de montaña inclusiva y real. Este enfoque, centrado más en la imagen que en el desarrollo colectivo, perpetúa dinámicas que mantienen el ambiente de montaña como un espacio todavía machista, aunque muchos prefieran no verlo”, enfatiza la organizadora.
Hacia una comunidad más abierta y diversa
Diez años después, lo que partió como una intuición en medio de la nieve hoy es una red viva, diversa y profundamente comprometida. EncuentroPieles no solo abrió huella en la montaña, también en la historia de muchas mujeres que encontraron en este espacio la confianza para desafiar sus propios límites, conectar con otras y reconectarse con la naturaleza desde un lugar de respeto, conciencia y libertad.
“Queremos que Pieles siga siendo un espacio seguro y accesible para que cualquier mujer pueda acercarse a la montaña, aprender y crecer. Nos proyectamos en comunidad, abiertas a que el proyecto evolucione con nuevas visiones y liderazgos, siempre guiadas por la autonomía, la sororidad y el respeto”, señala Marcela.
“A todas esas mujeres que sienten curiosidad pero también dudas, les diría que dejen de lado los prejuicios sobre sí mismas y sus capacidades. La montaña es un lugar para todas. Se puede comenzar desde cero, en un nivel muy principiante, y con tiempo y paciencia, llegar a un nivel avanzado. Siempre es buen momento para empezar”, asegura la esquiadora Andrea Olivares.
EncuentroPieles es cuidado, comunidad y transformación. Es entender que subir juntas nos hace más fuertes, más libres y más conscientes. Y hoy, a diez años del primer paso, celebramos todo lo que se ha construido y todo lo que aún queda por recorrer. Porque cuando las mujeres se encuentran, se cuidan y se elevan juntas, no hay cumbre que quede demasiado lejos.

¿Quieres ser parte de la comunidad?
Conoce más sobre el proyecto en su sitio web www.encuentropieles.cl y síguelas en Instagram como @encuentropieles. Ahí encontrarás toda la información sobre los próximos encuentros, fechas disponibles e inscripciones abiertas para vivir esta experiencia única en la montaña.
Como siempre agradecemos a nuestros auspiciadores por su apoyo: Karün, Uppi, Spark R&D, Tropera y Andes Profundo.
Créditos fotográficos: Encuentro Pieles