Campañas ponen en valor el trabajo para la conservación del pudú, el pequeño ciervo se ve fuertemente afectado por la reducción de su hábitat.
El pudú es el más pequeño de los ciervos de América. Este miembro de la familia se divide en dos subespecies: pudú del sur (Pudu puda) y pudú del norte (Pudu mephistophiles).
Los pudú son ciervos pequeños de patas cortas y delgadas. Su peso puede variar entre los 3,3 y los 13,4 kilos. La longitud de su cuerpo es de 85 centímetros de longitud corporal, siendo la subespecie del sur ligeramente más grande.
Este ciervo posee dimorfismo sexual, esto consiste en que los machos, a diferencia de las hembras, presentan astas, en este caso miden de cinco a nueve centímetros de alto y están orientadas para atrás.
Durante su juventud, etapa de cervatillo, están cubiertos con pequeñas manchas blancas que van desapareciendo con la edad y dejan su lugar a un pelaje marrón rojizo muy brillante.
La esperanza de vida del pudú en libertad es de 10 años y de 17 en cautiverio. Habitan principalmente en el sotobosque espeso y se alimentan de árboles y arbustos.
La subespecie del norte habita en las regiones andinas de Colombia, Perú y Ecuador, entre los 2000 y los 4000 metros sobre el nivel del mar. En el caso de la del sur, abarca el sur de Chile y Argentina hasta los 2000 metros.
En la actualidad se pueden encontrar colonias desde Curicó, en la región del Maule, hasta la región de Aysén. Aunq
Mantienen un territorio que se extiende entre 16 y 25 hectáreas, en las cuales suelen estar más activos durante el día. Utilizan señales de olor, son una forma efectiva de comunicación para el dominio y atención de la pareja.
¿Cómo está la conservación del pudú?
Actualmente el pudú se encuentra en estado de casi amenazado según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y, para el Reglamento de Clasificación de Especies (RCE) es catalogado como Vulnerable.
“La caza ilegal para consumo de carne, la pérdida de hábitat a causa de diversas actividades humanas, pero principalmente la corta de bosque nativo y los incendios forestales”, destaca el Ministerio del Medio Ambiente.
Pero la ficha no termina ahí, también destaca la participación de enfermedades y la presencia de perros salvajes, quienes atacan y matan a los pudúes.
La Universidad Austral de Chile publicó: “Probables causas de muerte y principales hallazgos en la necropsia de pudúes (pudu puda) examinados durante 20 años en el sur de Chile”. En este desglosan amenazas para esta especie.
Dentro de las amenazas que desglosan están los accidentes automovilísticos, ataques de hombres y perros, rabdomiolisis, parásitos virus que provienen principalmente del ganado.
Uno de los factores principales que posicionaron al pudú en ese sitial respecto de su conservación es la reducción de sus hábitats. Si bien hay campañas de parques nacionales que van en la línea de combatir el problema estas no serían suficientes.
“Es importante reconocer que un pequeño proporción de las áreas protegidas constituyen hábitat adecuado para pudus, ya que las reservas incluyen grandes extensiones de terrenos como glaciares y volcanes”, dice “Prioridades para la conservación del pudu (Pudu puda) en el sur de Sudamérica”
Estas son las razones que llevan a que este carismático ciervo se encuentre vulnerable. Proteger su hábitat y evitar molestarlo y arriesgar su vida es trabajo de todos.
Si te gustó este contenido te dejamos la invitación a revisar la campaña de conservación del Ñandú que tiene Tompkins Conservation Chile.
Foto portada: rutasdechile.com